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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Alarma en asilos de ancianos en Estados Unidos

Alarma en asilos de ancianos en Estados Unidos

Roberto Pérez Betancourt

 

La crisis múltiple que atenaza al sistema socioeconómico en Estados Unidos desata alarma en asilos de ancianos, afectados por recortes de presupuestos, de lo que derivarán desalojos, despidos de empleados y cierre de instituciones.

   Una información de la Prensa Asociada (AP) publicada este lunes en la edición digital del Miami Herald, revela la merma significativa de fondos, y que  entró en vigor  un reajuste  para  sistemas de seguros estatales, el cual rebaja unos 16 mil millones de dólares al sostenimiento de hogares de ancianos para los próximos 10 años.

   Esa realidad se agrega a otros  recortes monetarios en las asignaciones para los  seguros oficiales de Medicare y Medicate, diseñados para cubrir parte de las necesidades de atención sanitaria,  en particular de  personas de la tercera edad.

   Es esa una circunstancia agravada por el desempleo oficial, cercano al 10 por ciento, según reportes oficiales; el subempleo que padecen millones de residentes en Estados Unidos, la ausencia de seguros médicos que afrontan casi 50 millones de personas y las constantes amenazas de deportación que pesan sobre  los  inmigrantes indocumentados.

   Ubicar a los ancianos en hogares comunes deviene práctica habitual entre los norteamericanos, cuyo estilo de vida, signado por la economía de mercado capitalista, dificulta atender a los mayores de edad cuando más estos necesitan de amor y cuidados especiales.

   A tal situación se agrega la perspectiva desagradable de que el  Congreso debate una reducción de miles de millones más a los fondos de Medicare, como parte de la reforma del sistema de servicios médicos.

   Ante esa realidad, David Hebert, vicepresidente de la Asociación de Servicios de Salud de Estados Unidos , anticipó la posibilidad de que hogares de ancianos tengan que cerrar, y precisó: "con seguridad tendremos

que cesantear empleados''.

   Los 16 mil hogares de ancianos en EE.UU.  albergaron el año pasado a 1.85 millones de personas, en comparación con 1.79 millones en  2007, según cifras de la Oficina del Censo.

   En lo que va del ejercicio en curso, 24 estados han reducido los fondos para los hogares de ancianos y otros servicios necesarios para personas de bajos ingresos, mayores o discapacitados, según el Centro de Prioridades de Presupuesto y Política, una firma de investigación sin fines de lucro con sede en Washington, refiere la AP.

   Quejas, comentarios y críticas a la creciente desatención oficial van en aumento de la mano de anécdotas  que refieren la cruda realidad que afrontan personas desvalidas en la nación más desarrollada del planeta.

   Uno de esos ejemplos resalta en la localidad de Griswold, Connecticut, donde el  único hogar de ancianos cerró hace meses debido al aumento de  costos y la imposibilidad de pagar  casi cinco millones de dólares en renovaciones necesarias para el centro de 90 camas.

   El concejal Philip Anthony relató que frente a esa situación localizó otro hogar  para su madre, de 88 años de edad, pero esta "falleció de neumonía antes de que cerrara el centro de Griswold", y añadió: "El golpe de un cierre repentino y deliberado te descorazona''.

   No menos dramático fue el caso de otra anciana, esta de 92 años y que gritaba "esta es mi casa", mientras la sacaban del hogar de ancianos y la colocaban en una ambulancia.

   ¿Qué harán los  desvalidos sin techo ni familia? ¿Cómo se las arreglarán  quienes no pueden atender a sus padres y abuelos porque necesitan salir a la calle en busca del sustento? ¿Cómo costear una cara institución privada para que cuide de los viejitos, si se carece de empleo para pagar la renta y la comida?

   Estas son solo algunas de las muchas preguntas que hoy atenazan a millones de familias norteamericanas, para las cuales no aparecen respuestas a la vista.

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