Hombro con hombro, por la razón, la verdad y la justicia
Roberto Pérez Betancourt
Un nuevo y abrumador rechazo de las naciones del mundo se ha producido en la Asamblea General de la ONU contra el bloqueo económico, comercial y financiero, que el Congreso de Estados Unidos persiste en mantener contra las familias cubanas. La votación de este año, el miércoles en la mañana, mostró variaciones: 191 votos a favor de la resolución cubana contra el bloqueo y solo dos abstenciones, por vez primera las de Estados Unidos e Israel, lo que significa ningún voto en contra.
Sin dudas se trata de una victoria del pueblo cubano y de la solidaridad internacional con nuestro país, hombro con hombro, por la razón, la verdad y la justicia. Al comentar el resultado cuantitativo, el Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrila, comentó que el enfoque de Estados Unidos es una señal positiva, pero la verdad es que el bloqueo persiste y marca la realidad cubana actual.
La historia se repite y evidencia la sordera selectiva de los poderosos, que desde su pináculo de poder se empecinan en no escuchar las voces de la humanidad que una y otra vez exigen respeto a la dignidad del hombre, de todos los hombres, y a ser consecuente con lo que se predica y no estrangular a sus semejantes.
Imaginémonos por un instante el alcance del clamor de miles de millones de personas representadas por los países que dieron su voto afirmativo a la supresión del bloqueo. Más allá de la cuantificación de la abrumadora condena, el hecho cualitativo del respaldo reiterado a Cuba y a los cubanos demuestra la solidaridad internacional por encima del miedo que impone el imperio.
Se acabaron los días del chantaje y de la compra del voto.
No hay algo más terrible para la dignidad del hombre que verse obligado a actuar en contra de la razón y de la justicia sin ápice de duda razonable.
Es un sentimiento inherente a la condición humana. Por eso, a pesar de la civilidad de que se presume en la contemporaneidad, cuando se aprieta el botón para negar la razón que se sabe justa, o se impide que el Congreso estadounidense considere el levantamiento del bloqueo mediante argucias burocráticas, es es igual a aquel acto de bajar el pulgar en el foro romano para condenar a la muerte a los gladiadores desde la sacrosanta impunidad de las apariencias y las simulaciones.
Bienaventurados los que obran guiados por la conciencia de la razón humana, afortunadamente, la gran mayoría de la comunidad de naciones, que así lo ha vuelto a hacer en la ONU, condenando el bloqueo, decisión que los cubanos agradecemos y a la vez nos retroalimenta la fuerza de seguir batallando, hombro con hombro, siempre por la verdad, la razón y la justicia.
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