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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Emigrante por cuenta propia

Emigrante por cuenta propia

Roberto Pérez Betancourt

Los cubanos que desean viajar al exterior con el propósito que fuere  lo hacen al amparo de la actual legislación vigente, que permite trasladarse  libremente a quien posea su pasaporte y una visa con destino autorizado, y cubra sus propios gastos, como en muchos otros países del mundo, de manera que el emigrante por cuenta propia emplea este procedimiento universal y asume sus propios riesgos y fortunas.

Estas posibilidades han sido utilizadas por  cubanos que han deseado arriesgar sus empeños e ir detrás de la zanahoria de la Ley de Ajuste Cubano, desde 1966,  aun vigente en Estados Unidos.

    Esa especial legislación, diseñada para Cuba,  posibilita ingresar y permanecer en Estados Unidos de América a los cubanos que llegue con “pies secos”, privilegio que desde hace muchos años intenta despojar a la Isla  de fuerza laboral calificada.

   Más recientemente se brindó otros privilegios a   los  médicos a través de un “Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos”, aprobado en el año 2006 por el presidente George W. Bush,  diseñado para  atraer a los profesionales  y alertarlos a que abandonen sus labores en otros países y se muden a Estados Unidos.

   El propósito integral se dirige especialmente a  jóvenes, como parte de la estrategia global de desestabilizar a la Revolución en su esfuerzo de construir un sistema socialista de plena igualdad y oportunidades sin exclusiones.

   Pero  muchos de  estos emigrantes por cuenta propia sufren las consecuencias  de quedar varados en otros países   antes de llegar a la frontera estadounidense.  Entonces, ante las penurias, intentan presionar con acciones de protestas como las sucedidas recientemente en Quito, Ecuador, de las cuales agencias de prensa extranjeras han amplificado reclamos y especulado sobre consecuencias.

   Al respecto, la Embajada cubana en Ecuador aclaró públicamente  que los reclamantes  en su inmensa mayoría salieron de Cuba de manera legal  y ninguno de ellos es perseguido por sus ideas políticas, como algunos han expresado, evidentemente con el malsano propósito de hacer méritos ante el gobierno estadounidense  para les facilite el tránsito hacia la zanahoria.

   Es una historia recurrente en los últimos 56 años. En realidad muchos de estos emigrantes por cuenta propia caen en las manos de traficantes de personas, son estafados y hasta sufren otras consecuencias mayores.

 

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