Después del 7 de septiembre la humanidad tiene derecho a seguir existiendo
Roberto Pérez Betancourt
Los sistemáticos razonamientos públicos de Fidel Castro para alertar sobre el peligro inminente de una guerra nuclear de proporciones catastróficas, y tratar de disuadir al presidente Obama para que no apriete el botón fatídico, son reflejados por numerosos órganos de prensa en el mundo, especialmente en Internet, pero todavía la llamada “Gran Prensa” de los países altamente desarrollados irresponsablemente permanece de espaldas a esta realidad, admitida por analistas respetuosos de la inteligencia humana.
Existe una fecha para un antes y un después en relación con la posibilidad de que Estados Unidos desate la guerra: El 7 de septiembre de este año, un pestañazo en relación con el tiempo transcurrido desde que el homínido apareció en la escena terrestre, apenas un tic comparado con el tiempo sideral.
La disyuntiva la fijó Estados Unidos sobre la base de las sanciones que anunció contra Irán, para poner en práctica su bloqueo naval contra ese país, alegando como subterfugio la Resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU. Bastaría la sospecha de que las naves trasladan piezas o equipos para el programa nuclear iraní.
La nación persa ha insistido que sus proyectos se desenvuelven dentro de la más estricta observancia del uso pacífico de la energía atómica. Si Irán no acepta la arbitraria imposición de revisar los buques que se dirijan o salgan de la nación persa, Barack Obama jugaría la carta del más poderoso, impondría la fuerza de la nación más desarrollada del Planeta y acercaría aún más peligrosamente su dedo al botón del Apocalipsis nuclear. Si se empecina en hacer valer la ruda fama del guapo de la aldea, la respuesta que recibiría podría desatar una cadena de acciones bélicas sin precedentes.
En ese contexto, Corea del Norte también ha alertado con respuestas militares contundentes si continúa el asedio a sus predios y la ilegal práctica de parar a sus naves para inspeccionarlas con el pretexto mismo de hallar materiales nucleares.
De esto se trata.
Recordemos que cuando Estados Unidos emprendió la invasión contra Iraq el 20 de marzo de 2003, no le pidió permiso a nadie. Sabía bien que ese país no poseía armas nucleares ni las de otro tipo de cacareada destrucción masiva. Hoy todos saben que fue la gran excusa, una más de las soberbias mentiras que han servido sustentar una política militarista de falso antiterrorismo para masacrar a cientos de miles de afganos e iraquíes, ensayar nuevos armamentos y llevar a la tumba a millares de jóvenes estadounidenses, quienes ni siquiera sabían qué estaban haciendo a millares de millas de sus hogares.
Para los norteamericanos que han retornado con vida a la vitrina y el oropel, la experiencia bélica los ha dejado como al pelícano que se lanza a las aguas del Golfo en busca de sardinas y de pronto se halla dentro de un barril de petróleo.
Esta vez es diferente. Irán ha dicho que responderá con fuego a cualquier intento de parar los barcos que se dirijan a sus costas o zarpen de ellas. Dice que lo hará con todo lo que tenga. Irán sabe que si Estados Unidos lo arremete, Israel lo imitará. Israel también posee armas nucleares. Irán no se cruzará de brazos para ser exterminado y los iraníes no temen morir.
En Estados Unidos rige una dictadura oligárquica de multimillonarios que admitió a Barack Obama como presidente. Obama tiene la responsabilidad de decidir qué hacer el siete de septiembre. Si aprieta el botón de la guerra el desastre será inevitable.
Lo recordó también Fidel: El poder destructivo de las armas nucleares de hoy es casi 450 mil veces mayor que el de la bomba que destruyó a Hiroshima en 1945. Es un hecho. Por esto hay que insistir para que el 7 se septiembre no estalle la Tierra.
No se trata de tomar partido por una ideología determinada, sino de insistir en que la especie humana, nuestros hijos y nietos, los descendientes que no conoceremos, los niños y las niñas de todas las etnias, también tienen el derecho a vivir su propia vida más allá del 7 de septiembre de 2010. (TVY)(25/08/10).
http://www.cubadebate.cu/categoria/reflexiones-fidel/
Los sistemáticos razonamientos públicos de Fidel Castro
el 7 de septiembre de este año
las sanciones que anunció contra Irán,
http://www.prensa-latina.cu/index.php?task=viewcat&cat=GuerraInmi
guerra nuclear
4 comentarios
Roberto -
Señor Manzano:Por más que intente apoyar su escrito en citas de prestigiosos intelectuales cubanos, la intención le queda grande. Su publicación es uno más de los tantos intentos de tergiversar intenciones del gobierno bolivariano, que en realidad trata de beneficiar a las capas más pobres de la sociedad. En cuanto a la libreta de racionamiento en Cuba, por mi la volaría en pedazos, no ahora, sino desde hace mucho tiempo, porque en realidad es una forma igualitarista de distribución que no estimula la productividad del trabajo. Estimo que lo esencial para no dejar a nadie abandonado a su suierte, sería subsidiar a las familias que lo necesiten con arreglo a un percápita realista de necesidades, y no a todos por igual. la libreta de racionamiento en Cuba desde hace medio siglo le otorga a todos una cantidad de víveres (cierfto que ahora mucho más modesta que hace una década, o más) a precios irrisorios. Lo que sucede es que la gente NO quiere que le quiten esa libreta !!! Será por aquello de que a caballo regalado...? Pero desaparecerá, tendrá que desaparecerpor mandato de las leyes económicas objetivas y entonces quien lo necesite recibirá la justa ayuda necesaria. Cuanto quisieran para sí esa ayuda los pueblos d enuestra América cuyos habitantes, más del 50 por ciento de ellos, no tienen ni esperanza de ayuda. Saludos, señor y sonría, al igual que Charlitín, para que las neuronas se le aclaren. Por cierto A cuanto se eleva la ayuda en dólares que le paga el gobierno de Estados Unidos? ?Por qué no comparte esa reflexión con nosotros y al final nos dice el significado de la adivinanza de ser disidente por cuenta propia sin pagar impuestos a la ONAT?
Carlos -
Por René Gómez Manzano
En estos días rememoré la adivinanza de uno de mis compañeros de infortunio durante la primera de las temporadas que he permanecido alojado contra mi voluntad, por cuenta del gobierno comunista. Después diré el porqué de mi recuerdo. El acertijo dice así: Amarilla por fuera, / blanca por dentro, / llena de cruces / la lleva un muerto.
Las alusiones al símbolo cristiano por excelencia y a un hombre que ya no está entre los vivos nos hacen pensar en el Orlando Zapata venezolano, Franklin Brito, fallecido heroicamente en Caracas hace una semana tras una prolongada huelga de hambre en reclamo del respeto de su propiedad.
¡Qué ironía! ¡Que un hombre tenga que ayunar durante meses y llegar hasta la muerte porque los gobernantes han expropiado la modesta finca que heredó de sus ancestros! ¡Y todo porque ellos se consideran conocedores de supuestas recetas para la felicidad universal que pasan, precisamente, por el despojo y el desconocimiento de los derechos de sus ciudadanos, y además, por el racionamiento de alimentos!
En su obra maestra, El siglo de las luces, Alejo Carpentier sitúa a Esteban, el protagonista, en la Guayana Holandesa, visitando la consulta de un médico en la que coincide con un grupo de esclavos que deben sufrir la amputación de una pierna como castigo por un intento de fuga.
El autor comenta con cruel ironía: Y como la sentencia había de ejecutarse limpiamente, de modo científico, sin usarse de procedimientos arcaicos, propios de épocas bárbaras, que provocaban excesivos sufrimientos o ponían en peligro la vida del culpable, los nueve esclavos eran traídos al mejor cirujano de Paramaribo para que procediera, sierra en mano, a lo dispuesto por el tribunal.
Recordé este pasaje porque ahora el teniente coronel Chávez ha anunciado que un sistema de racionamiento se establecerá próximamente también en Venezuela. Con lo cual se demuestra una vez más que el socialismo del siglo XXI es parecidísimo al de la centuria anterior. Una cortesana vieja con colorete.
Pero ya no se empleará el método primitivo de la libreta de abastecimientos cubana, una cartilla en la cual los vendedores, siempre los mismos, hacen sus anotaciones a mano. En la patria del Libertador, aplicando las técnicas más modernas, se implantará una tarjeta electrónica, de la cual se descontará lo que el usuario compre en las tiendas.
O sea: la ciencia puesta al servicio de la dificilísima tarea de repartir la miseria. Salvando las distancias, algo así como las amputaciones perpetradas por el especialista holandés.
No obstante, en las tierras socialistas no se renuncia al eufemismo. Si en la Cuba castrista llaman libreta de abastecimientos a la cartilla de racionamiento, al documento que coarta al ciudadano, lo restringe, lo obliga a sólo consumir tres cuando desea comprar diez, en la Venezuela chavista han llegado al colmo del descaro, al bautizar el nuevo invento como cédula del buen vivir. ¡Menuda buena vida les espera a los venezolanos de la mano de Hugo Chávez!
Y ahora retorno a la adivinanza de mi compañero de cárcel, que esta nueva ocurrencia bolivariana me hizo recordar: Amarilla por fuera, / blanca por dentro, / llena de cruces / la lleva un muerto. ¿La respuesta? La libreta de abastecimiento cubana, que tiene una carátula amarilla, hojas blancas en las que la adquisición de algunos productos se marca con una cruz, y que carga siempre con él un muerto de hambre.
Carlos -
GENIAL!!!!!
Albertico -