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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

La gran estafa: Cubanos, ¿refugiados o emigrantes?

La gran estafa: Cubanos, ¿refugiados o emigrantes? Por Roberto Pérez Betancourt

Las 10 administraciones  sucedidas en  Estados Unidos desde el triunfo armado de la Revolución cubana en enero de 1959, han persistido en llamar “refugiados políticos” a los cubanos que emigraron a ese y otros países, ignorando realidades objetivas.Es  táctica mediática, parte  de la estrategia para captar  pro  anexionistas  y delincuentes, organizarlos en grupos terroristas, orquestar agresiones físicas, crear  clima internacional proclive a desprestigiar al gobierno de Cuba, y financiar  activistas para la  desestabilización política y social en la Isla. Una mentira repetida infinitas veces puede  convertirse en  verdad para oídos desconocedores de la  historia real, o proclives a creer el cuento mal contado:  La emigración económica,  común en Latinoamérica, ha sido  tergiversada con  propaganda política.    Las autoridades estadounidenses exigen  a cada cubano que solicita permanecer en EE.UU., que se declare víctima de supuesta represión política en su país, para tener derecho a la llamada “Ley de ajuste cubano”.  Es el precio que cobran a cambio de  exclusivos privilegios económicos, laborales y sociales, a diferencia de lo que aplican a otros emigrantes,  que se juegan la vida para entrar en territorio estadounidense y permanecer ilegales, espoleados por la  miseria que padecen en sus sitios de origen.  Esas necesidades básicamente  tienen su origen en Cuba en el bloqueo económico, comercial y financiero que, desde hace casi medio siglo  sufre por la sostenida acción ilegal de  EE.UU.   Con gran alborozo fueron recibidos en ese país los políticos anexionistas, represores, asesinos, testaferros y otros representantes de las excrecencias sociales que durante décadas hicieron pedestal del altar de la patria cubana, y al huir de la justicia se llevaron consigo las reservas monetarias del país, tesoros amasados y sus cuentas bancarias en el exterior. Residencia,  empleo y dinero  garantizado, recibieron esos elementos junto con los planes de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana para organizarlos en grupos terroristas, entrenarlos y orientarlos hacia el rescate de sus privilegios perdidos y la servidumbre al Norte. A ninguno le correspondía el calificativo de  exiliado político. Eran fugitivos de la justicia con largos potenciales delictivos. Les siguieron los llamados “siquitrillados”, burgueses adinerados, grandes empresarios y terratenientes, miembros de la oligarquía nacional y de la pro anexionista, que veían esfumarse  las posibilidades de seguir enriqueciéndose a costa de los demás. Incapaces de  asimilar  nuevos tiempos de justicia social en su patria de origen, atemorizados por la propaganda  desde el exterior, otros cubanos optaron por mudarse.  EE.UU.  invirtió más de mil millones de dólares en el Programa de Refugiados Cubanos en los años sesenta para asentar, legalizar, darle trabajo y cubrir gastos de seguridad social a cuanto  isleño llegara a sus costas, renegando del socialismo.  Esa es, resumida, la historia de cómo comenzó la gran estafa mediática de los cubanos en calidad de  “refugiados políticos”.  ¿Puede un ladrón reclamar refugio político para evadir la justicia? ¿Desde cuándo un empresario  disgustado porque le  supriman privilegios es  “emigrado político”? ¿Quién dijo que alguien captado por la propaganda  del “sueño americano” y  una ley de excepción sea emigrado político?  En la llamada “Ley de ajuste cubano” está el anzuelo  envuelto en  oportunidades que no se brindan a ningún otro emigrante en Estados Unidos y estimulan la emigración riesgosa.    Desde 1980, y años posteriores, diversas generaciones de cubanos  llegaron a territorio estadounidense y a otros países,  unos por necesidad económica, otros por  reunificación familiar.¿Cuál es en realidad la proporción de emigrantes de origen cubano con la de otros en el mundo? Estadísticas admiten como normal una relación del 10 al 15 por ciento entre nacionales que viven en sus fronteras y los que se desplazan al exterior. En el caso de Cuba ese índice es de poco más del 12 por ciento.  Hoy es evidente  el  interés de  cubanos residentes en el exterior por mantener vínculos estables con su país de origen, lo que desmiente las falacias del gobierno estadounidense. Más de 800 mil  cubanos han tramitado  viajes a la Isla en  consulados de Cuba. Cerca de 400 mil  normalizaron su situación migratoria,  unos 314 mil como emigrados y casi 82 mil como residentes temporales en el exterior.

En el año 2007 visitaron a Cuba casi 193 mil residentes en el exterior,  récord histórico,  dio a conocer el Ministro del MINREX Felipe Pérez Roque en  reciente reunión  de Trabajo,  en  La Habana, del 19 al 21 de marzo último con  129 emigrantes procedentes de 34 países.

Contra la gran estafa orquestada por la ingerencia anexionista, la realidad es que cubanos son  los residentes en el archipiélago, los compatriotas  en otros países que aman al suyo de origen, comparten  anhelos  de paz, justicia social  y desarrollo, y  con  José Martí  profesan los mismos deseos  de que el presente y el futuro  sean con todos y para el bien de todos.

1 comentario

Hector S. Rguez -

"Las autoridades estadounidenses exigen a cada cubano que solicita permanecer en EE.UU., que se declare víctima"???

Usted es solo ignorante intentando pasar por una persona informada o solo necesitaba material para su blog?

Por favor, de donde saca usted semejante %$&%#@^(*?