Asesino de Félix García sigue libre en Miami
Asesino de Félix García sigue libre en Miami Por Roberto Pérez Betancourt Después de 27 años de haber apretado el gatillo a sangre fría para matar aquel 11 de noviembre de 1980 al diplomático cubano Félix García Rodríguez, en lo más céntrico de Nueva York, su asesino, Pedro Crispín Remón, continúa burlándose de la justicia en la ciudad de Miami. Allí reside, junto a otros compinches como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, cobijados bajo la sombrilla de los Bush. El terrorista aprovechó que el auto de la representación de Cuba en la Organización de Naciones Unidas se detuvo ante la luz roja del semáforo en el barrio de Queens y disparó sobre García. Los ojos del funcionario apenas debieron percibir el destello del arma homicida. Era otro episodio en la larga lista de actos vandálicos cometidos por organizaciones terroristas creadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para actuar contra la Revolución cubana. ¿Quién es este siniestro personaje? Pedro Crispín Remón nació en Cuba en l945. Abandonó el país 15 años más tarde para trasladarse a Estados Unidos, donde fue captado por la CIA y entrenado en Fort Benning como uno de los "especialistas" en armas y explosivos que intervendrían en la fracasada invasión por Playa Girón, en abril de 1961, la cual fue derrotada en apenas 66 horas. A partir de entonces engrosaría su expediente delictivo durante 45 años con decenas de tareas cumplidas en función del terrorismo de Estado auspiciado por gobiernos estadounidenses sucedidos en la Casa Blanca. Fichado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos como miembro activo del grupo terrorista Omega 7, un informe confidencial lo cita como asesino de García Rodríguez y del emigrado cubano Eulalio José Negrín, en 1979, en la casa de este en Nueva Jersey, frente al menor hijo del joven que apoyaba un diálogo entre cubanos de la Isla y la emigración. También el criminal fue uno de los que intentó matar al entonces embajador ante la ONU, Raúl Roa Kourí, el 25 de marzo de 1980, y al jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, Ramón Sánchez Parodi. En su historial delictivo aparecen el asesinato del joven de origen cubano Carlos Muñiz Varela, en Puerto Rico, el 28 de abril de 1979, quien mantenía activas relaciones con Cuba, así como la colocación de decenas de bombas en diferentes objetivos en Estados Unidos. Es conocido que con otros terroristas intentó, el 23 de julio de 1976, el secuestro del cónsul cubano en la ciudad mexicana de Mérida, Daniel Ferrer Fernández, donde resultó asesinado el técnico de la Flota Camaronera Caribe, Artagnan Díaz Díaz. Luego de varios meses en prisión, Pedro Crispín logró evadirse, y un año después fue detenido por las autoridades norteamericanas, acusado de violar la Ley de Neutralidad del Gobierno de EE.UU., aunque fue puesto en libertad. El FBI lo arrestó en 1985. Luego de negociaciones con la Fiscalía recibió solo 10 años de prisión y 20 mil dólares de multa. Tras su liberación, de nuevo se vincula con Luis Posada Carriles, quien se refugiaba en El Salvador, donde trabajaba para la CIA. Ambos reaparecieron en Panamá junto a Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampoll para preparar un atentado dinamitero contra el presidente Fidel Castro, en ocasión de efectuarse allí la Cumbre Iberoamericana del año 2000. Los terroristas fueron sometidos a juicio en Panamá y condenados a leves penas que no completaron porque la ex presidenta de ese país, Mireya Moscoso, en complicidad con la mafia anticubana y el Gobierno de EE.UU. los indultó ilegalmente. Hoy los criminales se ufanan de sus fechorías bajo el sol de la Florida, donde representan evidencia palpable de la doble moral del "antiterrorismo" de W. Bush.
0 comentarios