¡FELIZ Y PROSPERO AÑO NUEVO 2007!
Por Roberto Pérez Betancourt
El primero de enero marca el inicio de un nuevo año: 365 días por decursar, en los que cada persona espera desempeñar lo mejor posible sus habituales labores de estudio y de trabajo, amar, divertirse, atender a la familia y a la salud propia, y cultivar las relaciones con los demás, disfrutar alegrías y afrontar las penas con la solidaridad del hermano y del amigo. Sin saberlo a ciencia cierta, intuimos que muchos de los días por venir estarán cargados de rutina habitual, pero también que algunos de ellos pueden depararnos sorpresas, agradables o no, alegres o tristes. Ante tales incertidumbres, el ser humano, en noble afán de prodigar optimismo, que es alimento natural de la esperanza, desde siempre, y en todos los idiomas y latitudes, quiso dotar cada instante futuro con un halo mágico de especial salutación, y lo llamó ¡felicidades! Así se expresa el deseo de que una persona sea venturosa, que le acontezcan sucesos placenteros, que su devenir sea pleno de satisfacciones, de risas, de alegría. Todo eso se desea cuando decimos: “¡Felicidades!”, cara a cara, a través de una tarjeta o una llamada telefónica, y el destinatario del mensaje, familiar, amigo, simple conocido, el vecino, lo agradece. De esa manera comunicamos un humano sentimiento que lleva implícita la disposición de que el otro sepa que aquí estoy y puedes contar conmigo. Por todo esto, amigo mío, te deseo muchas felicidades en el arribo al aniversario 48 del triunfo de la Revolución Cubana, y como las fechas coinciden, añado: ¡Feliz y próspero año nuevo 2007, pleno de venturas, salud y prosperidad!
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