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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

¿Regulaciones en el basurero?

¿Regulaciones en el basurero?

Roberto Pérez Betancourt

 

 

  El Acuerdo 5570/2005 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba dispuso  la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados, así como en instituciones de salud y educación.

  También estableció el control sobre la venta de cigarrillos a menores, todo con el propósito de proteger a la población en general, y especialmente a los no fumadores, de los perjuicios reconocidos científicamente que causa el vicio del tabaco en sus diversas modalidades de consumo.

El lunes siete de febrero de 2007 entraron en vigor las disposiciones legales que regulan el proceder de fumadores en espacios públicos, y situaron a Cuba entre los países de avanzada en la legislación ante los comprobados efectos tóxicos, graves, que provoca el humo del tabaco en fumadores activos y pasivos, estos últimos involuntariamente sometidos a las emanaciones de los que indiscriminadamente practican su adicción sin tomar en cuenta la presencia de los demás.

También se sucedieron numerosas resoluciones de los diversos organismos del Estado para establecer regulaciones específicas en sus dependencias, con lo cual se reforzaba la ordenanza  del Consejo de Ministros.

Dieciséis años después del Acuerdo del Consejo de Ministros, hoy en día, la realidad evidencia que las regulaciones vigentes en materia de tabaquismo son muy poco ineficaces.

   Es como si la mayoría de las regulaciones vigentes hubieran ido a parar al basurero. Sigue faltando una Ley sobre la Prevención y el Control del Tabaquismo de carácter general, que exija contra esta adicción, proteja el medio ambiente, al propio fumador, y a la población no adicta.

  La Encuesta Nacional de Salud 2019, por primera vez exploró el posible apoyo o rechazo de la población a leyes que prohíben fumar. El 92% de los encuestados se declaró a favor de su implementación, sin diferencias por zona, sexo o grupos de edad.  

  Pero es evidente que falta sistematicidad en la divulgación sobre el tema del tabaquismo y sus consecuencias. No se debe esperar al mes de mayo, cuando la efeméride marca un día sin humo, para tratar públicamente el asunto que a todos nos concierne. Es necesario que cada día del año se gane en conciencia sobre este importante tema, y al mismo tiempo es imprescindible una Ley que, ante reales consecuencias, obligue a los escépticos e indisciplinados a respetar el derecho de los demás a seguir respirando.  

 

   Investigaciones científicas han demostrado que no existen suficiente comprensión entre los adictos al tabaquismo de que las sustancias tóxicas presentes en el humo que emanan, además de molestar a los demás, afecta la salud de todos. Además, las áreas supuestamente destinadas a los fumadores no son efectivas, porque se sigue fumando donde quiera, con la indiferencia de las autoridades que debieran ejercer el control sobre las regulaciones generales y las de sus propias entidades.

 

 

 ¿Fumar o no fumar? Decisión individual; problemas colectivos… 

 

 Por supuesto, cada persona es dueña de decidir si fuma o no, a sabiendas del mal que se causa a sí misma, aunque las consecuencias de las enfermedades que pueda contraer después recaigan sobre ella misma y también en la ocupación del personal de salud y el presupuesto del Estadio, que sufragan todos los trabajadores del país.

  Las regulaciones prohíben fumar en los locales públicos, climatizados o cerrados, oficinas, escuelas, salones de reuniones, teatros, cines y salas de vídeo, y fijan normas de conducta respecto del mal hábito de fumar a quienes se desempeñen en tareas vinculadas con la docencia, la salud y la gastronomía. Pero la práctica cotidiana demuestra que no basta dictar normas si no se garantiza una supervisión consecuente con su cumplimiento, a fin de que las resoluciones no se conviertan en letra muerta.

   Es menester ejercer   sistemática observación sobre el cumplimiento de lo dispuesto para exigir respeto. Al mismo tiempo, no se puede obviar la necesaria divulgación sistemática sobre los perjuicios que causa el tabaquismo.

 

El tabaquismo afecta la fertilidad

 

  Los hombres que fuman disminuyen sus posibilidades de embarazar a su pareja. Así lo afirma un estudio científico presentado en    reciente reunión de la Sociedad Americana de Medicina de la   Reproducción.

  La investigación fue realizada por expertos  de  la Universidad del Estado de Nueva York para determinar la fertilidad de fumadores, para lo cual evaluaron  sus espermatozoides  y otros factores que intervienen en la reproducción, de manera que las conclusiones no se basan en simples opiniones sobre el mal hábito de fumar, sino en hechos irrebatibles: los espermatozoides de los fumadores son menos fuertes y resultan en desventaja al intentar fecundar el óvulo femenino,  por consiguiente sus probabilidades  son inferiores en relación con el potencial de fecundidad presente en  hombres que no fuman.

 En otras palabras: mientras más se fuma, menos fértil es el varón. Cuatro cigarrillos o más cada día disminuye 25 por ciento la fertilidad masculina.  Igual situación se observa en relación con la probabilidad de que la mujer fumadora quede gestada. No obstante, es innegable que numerosas mujeres fumadoras logran ese objetivo, pero los científicos recuerdan que su vicio   podría acarrear serias consecuencias para el normal desarrollo de la criatura en la etapa de gestación y después del alumbramiento.

  Generalmente esos problemas no son percibidos de inmediato por la madre, pero dejarán ver su marca en diferentes formas a lo largo de la vida del niño, involuntariamente sometido a una contaminación con nicotina y otros agentes dañinos.

Precisamente, el estudio realizado acentúa su intención de demostrar especialmente que dejar de fumar redunda favorablemente en el bienestar de hombres y mujeres y, consecuentemente, en el futuro de la especie humana.

 

  La percepción de riesgo sigue siendo muy baja

 

 Los fumadores deben saber que si abandonan su mal hábito antes de los 50 años de edad pueden reducir todavía a la mitad los riesgos de muerte derivada de la toxicidad del tabaco. Pero la percepción del riesgo sigue siendo muy baja.

 

El Anuario Estadístico de Salud en su edición del 2020 confirma que   la tasa de mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles es la más elevada. Dentro de estas, las enfermedades del corazón ocupan el primer lugar, seguida de la muerte por tumores malignos. Ambas causas explican el 47.5% del total de las defunciones del año 2019 en Cuba con el tabaquismo como factor común de las patologías indicadas.

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  En ocasiones los adictos a la nicotina son capaces de ejercer su fuerza de voluntad para salirse del enganche cuando padecen en su familia un caso lamentable como consecuencia del tabaquismo.

Ver el horror de un padre morir de cáncer del pulmón con metástasis cerebral, mientras el neurólogo le afirma a usted que el cigarro lo mató, equivale a un electrochoque emocional capaz de hacer que se renuncie al tabaco.

 El ejemplo está sacado de la vida real. Es mi propio testimonio.

(TVY) (07/10/21).

 

 

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