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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Che tenía 39 años cuando creyeron asesinarlo, hoy sigue siendo inmortal

Che tenía 39 años cuando creyeron asesinarlo, hoy sigue siendo inmortal

Roberto Pérez Betancourt

Con la vocación esencial de los imprescindibles, Ernesto Che Guevara se enroló en su tiempo en la tropa de Fidel Castro para luchar por la plena justicia social, hasta que un día sus enemigos creyeron haberlo asesinado, pero 45 años después su figura gallarda sigue siendo inmortal y continúa ganando batallas día a día, en campos y ciudades de todo el orbe, donde está presente en rostros, camisas, en la piel de los humildes… Este verano se conmemoró el aniversario 86 del nacimiento de Ernesto —el 14 de junio de 1926— en la localidad argentina de El Rosario, provincia de Santa Fe, y este nueve de octubre se cumplirán el nuevo aniversario de su caída, muerte y resurrección en 1967, en la aldea boliviana de La Higuera, comunidad donde en la actualidad es venerado como un santo patrón de los humildes. La idea que guió siempre los pasos de Che está presente en todas sus acciones: solo se puede dirigir a partir del ejemplo. Un pensamiento de idéntica hondura en el siglo XIX marcó la ejecutoria de José Martí.

Por eso no sorprende que en manifestaciones obreras, desfiles, mítines estudiantiles o asambleas campesinas, foros internacionales y debates domésticos, desde la aldea hasta metrópolis cosmopolitas, sigan citando a Che Guevara como paradigma de justicia y humanidad.

No se trata de un culto específico, y aunque en sitios humildes, indios y aldeanos encienden velas e imploran milagros mientras evocan al Guerrillero Heroico, él es universal y pertenece a todos los hombres dignos.

De nada valdría a los humildes de siempre acceder al poder político en su país si no consolidan bases que garanticen su independencia económica y la posibilidad real de defenderse ante las amenazas y los ataques de las aves de rapiña imperiales, enseñó el verbo lúcido de Guevara.

En ese contexto, el ejemplo ético, patriótico y de solidaridad internacionalista de Che, verdadero gigante del tiempo, sigue sembrando esperanzas, nutre de juventud, vigoriza la rebeldía revolucionaria, inspira voluntades, es actual y no conoce fronteras.

 A Cuba llegó vistiendo uniforme guerrillero en la tropa heroica del yate Granma, comandado por Fidel Castro, y entre cubanos cabalgó montañas.

Junto al comandante Camilo Cienfuegos, otro de su estirpe, invadió el occidente cubano y en la clarinada de 1959 comprobó la validez de la tesis martiana: para ganar la paz era menester volver a hacer la guerra necesaria.

Seis años más llenaron su inquieto andar cubano entre trajines administrativos y proyectos guerrilleros. En ellos dejó constancia de su brillante inteligencia y carácter intransigente, en extremo austero, primero que todo consigo mismo.

Y cuando el tres de octubre de 1965 el Comandante en Jefe Fidel Castro informó la relación de integrantes del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba, todo el país vibró al conocer el texto de la carta firmada por quien allí faltaba.

"…Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos."

Che se marchaba de Cuba. Contaba 37 años de edad. Llevaba consigo la vocación de Bolívar y un puñado de hermanos guiados por la estrella martiana.

Surgía una nueva etapa en la vida del Guerrillero más famoso de la historia.

Tras dos años de incertidumbre, en los que la presencia beligerante de Che y su guerrilla en tierras sudamericanas se convirtió en pesadilla para los oligarcas, llegó la noticia de su muerte.

En la última página de su diario de campaña se lee: "...Salimos los 17 con una luna muy pequeña".

Era la madrugada del siete de octubre de 1967. Al otro día, en la Quebrada del Yuro, herido y con el fusil inutilizado, fue capturado y obligado a subir por la pendiente escabrosa, de unos dos kilómetros, hasta La Higuera. El nueve de octubre lo asesinaron allí. Le dispararon una ráfaga de ametralladora. Después un sargento borracho creyó rematarlo con un tiro de pistola. No sabía el iluso que aquella detonación marcaba la resurrección de Ernesto Che Guevara.

A partir de entonces a ese apelativo se añadiría el de un símbolo trascendente: El Guerrillero Heroico. 

2 comentarios

SUPERMAN -

CARLOS, Hoy en dia hay gente que se ponen
camisas con la foto del che-guevara y no
saben ni quien el che fue.
Creo que lo hacen porque parece un simbolo
de hippie.

Carlos -

No voy a hablar del fenomeno "Che" por respeto al administrador del blog.
Dentro de los temas que estan politicamente vedados en la correccion social en mi pais estan la politica y la religion. La politica me atrae sobremanera, pero la religion la puedo ignorar para evitar desacuerdos innesesarios con los participantes del blog.
Hablar del Che con un revolucionario como Roberto y otros muchos en el mundo puede tentar a encontronazos innecesarios que empanarian la comunicacion al igual que sucederia al hablar de Jesus con cristianos o de Mohamed con musulmanes, este ultimo podria incluso costarte la vida!
Asi que en una fecha como la de hoy, me limito a leer las palbras sentidas y sinseras del revolucionario, aunque no coincida con ellas y trato de ser mejor persona de lo que pudo ser otro revolucionario que llamo a las religiones el opio de los pueblos.
Hoy es el Christmas de los inconformes, el Ramadam de los luchadores y ellos tambien merecen nuestro respeto.