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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Retrato hablado de los ciclones tropicales

Retrato hablado de los ciclones tropicales

Los huracanes son peligrosos fenómenos naturales que causan graves daños a la economía nacional de cualquier país. Foto: Ismael Francisco

Atendiendo a la importancia de este artículo para la documentación de dirigentes, funcionarios y trabajadores de la EMSIL, la Comunicación institucional de nuestra empresa circula su contenido a través del correo electrónico. Gracias por su atención. Roberto Pérez Betancourt. 

El servicio meteorológico nacional tiene listo su capital humano y afina los medios tecnológicos de que dispone para, junto al trabajo operativo de la Defensa Civil, enfrentar los avatares de la temporada ciclónica 2022 y preservar al máximo posible la vida humana y los bienes de la economía.

Autor: Orfilio Peláez | orfilio@granma.cu 

1 de junio de 2022 00:06:49

El servicio meteorológico nacional tiene listo su capital humano y afina los medios tecnológicos de que dispone para, junto al trabajo operativo de la Defensa Civil, enfrentar los avatares de la temporada ciclónica 2022 y preservar al máximo posible la vida humana y los bienes de la economía.

Por la importancia de fomentar una cultura de ser previsores y trabajar de manera constante y oportuna en la reducción de vulnerabilidades, Granma ofrece una descripción de los rasgos distintivos de estos fenómenos naturales, incluidos sus  elementos más peligrosos.

Lo primero es recordar que ciclón tropical es un término genérico, empleado para designar los centros de bajas presiones surgidos sobre las aguas marinas de la zona tropical y subtropical, donde el viento gira en sentido contrario a las manecillas del reloj en el hemisferio Norte, con una circulación cerrada en los niveles bajos de la atmósfera.

Suelen estar acompañados por una extensa área de nublados con chubascos, lluvias, tormentas eléctricas, e incluso hasta tornados, y pueden abarcar 500 o más kilómetros. Por eso la influencia de sus efectos no queda restringida al punto de localización de las coordenadas de su región central.

Reciben denominación una vez alcanzada la fase de tormenta tropical (vientos máximos sostenidos de 63 a 118 km/h). Para ello, el Comité de Huracanes de la iv Región de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a la cual Cuba pertenece, utiliza una lista de 21 nombres, confeccionada con antelación, por orden alfabético, en los idiomas inglés, francés y español, la cual se repite cada seis años.

Los nombres de los ciclones tropicales causantes de grandes pérdidas humanas y materiales son retirados por acuerdo de los miembros del propio Comité de Huracanes. Así sucedió con Flora, Andrew, Mitch, Katrina, Irma, María y, más reciente, Laura, entre otros ejemplos.

En caso de acabarse la relación prevista, desde el año pasado existe una lista complementaria que sustituyó  las letras del alfabeto griego, utilizadas hasta 2020.

Para clasificar a los huracanes se utiliza la llamada escala Saffir-Simpson, que los divide en cinco categorías. Son de categoría 1 aquellos con vientos máximos sostenidos entre 119 y 153 km/h; categoría 2, de 154 a 177; categoría 3, entre 178 y 208; 4, de 209 a 251; y 5 a partir de los 252 km/h. A partir de la 3 son considerados intensos.

Los avances científicos de las últimas décadas permitieron determinar la existencia de al menos tres condiciones básicas que favorecen el surgimiento y desarrollo de los ciclones tropicales:

  • la persistencia, durante varios días, de un área de disturbio o mal tiempo;
  • que la temperatura del mar tenga valores de 26,5 grados Celsius o más, desde la superficie hasta una profundidad aproximada de 45 metros;
  • y el predominio de vientos débiles y sin cambios notables de dirección y velocidad en la atmósfera superior (baja cizalladura vertical).

Según precisó a Granma la doctora en Ciencias Miriam Teresita Llanes Monteagudo, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, los factores más peligrosos de un sistema ciclónico son, en primer lugar, la llamada marea de tormenta o surgencia, que ocurre en los huracanes intensos. Consistente en una abrupta subida del nivel del mar que se produce hasta unos 180 kilómetros a la derecha del punto por donde el centro penetra en tierra.

En Cuba, la surgencia provocada por el huracán del 9 de noviembre de 1932 alcanzó los 6,5 metros de altura,  en el poblado de Santa Cruz del Sur, Camagüey, y produjo el más grande desastre natural conocido en la historia de nuestro país.

De acuerdo con lo expresado por el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, reconocido historiador de la meteorología, en Santa Cruz del Sur perdieron la vida alrededor de 2 000 personas en menos de tres horas.

Los otros elementos altamente dañinos son las lluvias intensas, capaces de tributar acumulados superiores a los 400 milímetros en 24 horas, provocando inundaciones de notable magnitud; y la fuerza de los vientos, en especial en los huracanes de categorías 3, 4 y 5.

Casi siempre pierden fuerza con rapidez al penetrar en tierra firme, al privarse de la energía que les brindan las aguas oceánicas, y a causa del efecto de fricción del viento sobre la topografía del terreno, más acentuado cuando se desplazan por zonas montañosas.

OCCIDENTE, LA MÁS EXPUESTA EN JUNIO

Habitualmente, en junio la principal zona de formación de los ciclones tropicales radica en el mar Caribe occidental y en el Golfo de México.

Visto de manera general, los surgidos en la primera área mencionada tienden a moverse en un rumbo próximo al Norte, trayectoria que convierte a la región occidental de Cuba en la más expuesta a recibir los impactos directos o indirectos de los organismos ciclónicos del sexto mes del calendario.

Uno de los más significativos registrados en ese mes fue el Alma que, procedente del golfo de Honduras, cruzó como huracán categoría 2 sobre la entonces Isla de Pinos y La Habana, el día 8 de junio de 1966.

EN CONTEXTO

  • Especialistas del Centro de Física de la Atmósfera, el de Meteorología Marina y de los 14 centros provinciales aportan también al trabajo operativo ante la amenaza de un ciclón.
  • Los avisos especiales que se emitan estarán disponibles en Twitter, Telegram,  Facebook, la página web del Instituto de Meteorología (www.insmet.cu) y en el teléfono meteorológico 7-866-60-60.
  • Las rachas de viento máximo medidas en Cuba para huracanes son las de 340 km/h (récord nacional), registrada al paso del huracán Gustav, el 30 de agosto de 2008, en la estación meteorológica de Paso Real de San Diego, Pinar del Río, y la de 280 km/h, en Cayo Guano del Sur, al sur de Cienfuegos, en octubre de 1952, a causa del huracán Fox.
  • El menor intervalo de tiempo entre el paso de dos huracanes intensos sobre Cuba es de ocho días y data de la temporada ciclónica de 2008, al afectarnos el Gustav, el 30 de agosto, y el Ike, el 7 de septiembre.
  • Definida como el cambio de la dirección general de la trayectoria hacia el oeste y el oestenoroeste, por un giro gradual más al norte y luego al nordeste, en forma de parábola, la llamada recurva es quizás el momento de mayor tensión y complejidad para los meteorólogos en el seguimiento de los huracanes, en particular si se desplazan por los mares al sur de nuestro archipiélago.

 

 

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