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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Elecciones en EE.UU. ¡Insólito!, el Presidente llama a hacer trampas

Elecciones en EE.UU. ¡Insólito!, el Presidente llama a hacer trampas

Roberto Pérez Betancourt

 

Llamar públicamente a hacer trampas en las elecciones es un delito penado por la Ley en cualquier lugar del mundo. También en Estados Unidos. Pero si ese llamamiento a delinquir lo formula un presidente en activo, moralmente el delito se multiplica por el impacto que se supone causa una figura pública relevante.

 Si ese individuo dirige expresamente la exhortación de violar la Ley a sus supuestos simpatizantes, entonces el delito, además de premeditado, adquiere otras connotaciones que lo agravan aún más. Pero, desde la altura inconmensurable de su soberbia habitual, el señor Donald Trump se cree inmune, a la Covid 19 y a cualquier acusación de transgredir la Ley, simplemente porque él, presidente del país más armado y beligerante del mundo, se siente todo el tiempo al margen de la Ley, intocable, bendecido por el sacrosanto sistema donde lo que importa es el cash y lo demás es un juego de niños…

  El asunto ha sido  la comidilla de la prensa estadounidense a partir de las declaraciones del señor Trump, el jueves último, difundidas por las agencias de noticias, en las que llamó abiertamente a los ciudadanos de Carolina del Norte “a desafiar el sistema y votar dos veces: en persona y por correo”, en las elecciones previstas para el martes 3 de noviembre de este año, en las que una mayoría de ciudadanos estadounidenses aspira a desahuciar al actual inquilino de la Casa Blanca mediante el voto. Difícil empeño, pero posible, y Trump lo sabe. Las encuestas ahora mismo siguen insistiendo –caprichosas-, en que el mandamás absoluto está perdiendo en la simpatía popular y su rival Joe Biden acapara más intenciones de votos. Si las cosas siguen así, solo el fraude, ese al que convoca Trump, lo podría librar del desahucio.

   El tema, además de poner en la picota pública la credibilidad del cumplimiento de la Ley, resulta interesante desde el punto de vista estratégico. Resulta que Trump ha insistido—sin aportar alguna prueba— en que el voto por correo será fallido, fraudulento, manipulable y se ha pronunciado reiteradamente en su contra…

  Pero el voto por correo es válido, y los estrategas del señor presidente le han aconsejado que por ese camino solo conseguirá que sus propios partidarios se abstengan de ejercer el sufragio, lo que podría perjudicarle seriamente en las urnas.

 ¿La solución hallada por Trump? Ya la dije: “Que voten dos veces”.

  Ante los cuestionamientos de la prensa, Trump ha dicho a periodistas durante una visita a Washington: «Déjenles que lo manden (el voto por correo) y déjenles que voten, y si su sistema es tan bueno como dicen que es, entonces obviamente no podrán votar. Si no está tabulado, sí podrán votar», recuerda un despacho de Prensa Latina.

De manera similar, repitió esa idea directamente a algunos de sus simpatizantes que le esperaban cuando aterrizó en esa ciudad.

 Por supuesto, varios medios de difusión, incluido el influyente The New York Times recordó que la incitación del mandatario está prohibida y constituiría un delito grave bajo las leyes de Carolina del Norte, además de un fraude electoral.

  Asimismo, el fiscal general del sureño estado, Josh Stein, utilizó Twitter para cuestionar a Trump por «inducir escandalosamente» a los ciudadanos a «violar la ley», refiere PL.

  Debido a la Pandemia de la Covid 19, numerosos estados han ofrecido la posibilidad de votar mediante correo para evitar grandes aglomeraciones el día de las elecciones. Pero Trump solo lo justifica para casos en que los ciudadanos vayan a estar lejos del estado donde están empadronados.

  Carolina del Norte es uno de los estados pendulares, donde podría decidirse el voto estadual y el resultado de las elecciones presidenciales. Aquí las encuestas muestran hoy una contienda más ajustada del republicano con su rival, el demócrata Joe Biden, quien aventaja al presidente por apenas 1,6 puntos porcentuales.

En los comicios de 2016 Trump ganó Carolina del Norte y sumó sus 15 votos electorales. Finalmente, aunque perdió por casi tres millones los votos populares, logró hacerse de la Casa Blanca y dejar con las ganas a Hillary Clinton. Este año intentará hacer lo mismo frente a Joe Biden. Para lograrlo aplica el viejo procedimiento de “vale todo” --también hacer trampas--, y recomendar a los ciudadanos que signa su recurrente práctica de tramposo y mentiroso.

   Y, por favor,  que nadie se asombre por los calificativos que utilizo. No son insultos ni faltas a la ética, sino la caracterización que recurrentemente hacen los medios de Comunicación de su propio país del señor rubio despeinado. También lo afirman numerosos políticos prominentes de todos los bandos, además de millones de estadounidenses con derecho al voto a los que se suman otros millones que no tienen derecho a votar, o que simplemente se lo niegan.

  Así las cosas, el escenario electorero se acerca. Incluyendo este viernes 4 de septiembre faltan menos de dos meses para la hora cero en la que Trump puede perder en las urnas, y si pierde se tendrá que ir, aunque llore y patalee, se tendrá que ir… ¿Será

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